Si alguna costumbre estadounidense ha sido asimilada rápidamente por los hispanos residentes en Estados Unidos, es la celebración del Día de Acción de Gracias.
Es común ver en las casas de los hispanos, el tradicional pavo, acompañado en muchas ocasiones con distintos platos, de acuerdo al país de origen.
Así hemos creado un festín con el pavo, tal vez adobado con salsa chimichurri, o acompañado de arroz y frijoles negros, o arroz con gandules, arepas, mofongo, o tacos rellenos, que se han unido a la salsa de arándanos, al puré de papas tradicional, y a los boniatos o batatas acaramelados y al pastel de calabaza.
El origen de esta tradición se remontan al siglo XVI. Cuentan los datos históricos, que en 1621, los tripulantes del barco Mayflower, sufrieron los duros embates de un invierno crudo y después de pasar un año de vicisitudes, en la nueva región que los acogió, y gracias a que los nativos, les enseñaron a cultivar las nuevas tierras y los adiestraron en la pesca, los colonos decidieron al final de una productiva cosecha, unirse a los nativos habitantes, para dar gracias a Dios, durante tres días de celebración.
Los registros históricos citan la primera celebración en el poblado de Plymouth, Massachusetts, pero parece haber evidencia de que este tipo de celebración también se llevó a cabo en otras partes del país.
En 1863, el presidente Abraham Lincoln, proclamó que se destinara oficialmente el cuarto jueves de noviembre como Día de Acción de Gracias, en recuerdo de aquella epopeya.
Pero en ese día especial, en la mayoría de las familias se reúnen, para disfrutar de un menú tradicional que consiste en pavo, agrandaros, papas, vegetales verdes, guisantes, pastel de calabaza, y productos propios de la época, con lo que coloca al menú tradicional de los primeros colonizadores, en una cena a base de los productos cosechados durante ese primer año, aunque la historia no los detalla.
Con el transcurso de los años, se le han agregado, al menú, variante, sobre todo al relleno del pavo, al que se le suele agregar, diferentes adobos, para hacerlo más al gusto de los comensales.
No es de extrañarnos que en algunos hogares hispanos, nos encontremos el tradicional pavo, asado al horno, relleno con el típico congrí cubano (arroz con frijoles negros) y picadillo a la criolla.
Aunque, para darle gracias al Supremo Hacedor por las bendiciones con que a diario nos colma, no necesitamos un día en especial, es nuestra obligación el darle gracias diariamente y a todas horas, ya que sin su ayuda no podríamos sobrevivir.
Feliz Día de Acción de Gracias.
Mirta Luaces
