
ORLANDO, Fla. — Un juez federal en Florida ha invalidado disposiciones centrales de una ley estatal que permitía a los padres solicitar la retirada de libros de bibliotecas y aulas escolares por considerarlos objetables. El fallo representa una victoria para editoriales y autores que demandaron tras ver sus obras eliminadas de los centros educativos.
En una sentencia emitida este miércoles, el juez federal Carlos Mendoza, designado por el expresidente Barack Obama, declaró que la prohibición de materiales que describen conductas sexuales era “demasiado amplia” y que la interpretación estatal de la ley de 2023 resultaba inconstitucional.
Entre las obras retiradas en escuelas del centro de Florida figuraban clásicos como El cuento de la criada de Margaret Atwood, Hijo nativo de Richard Wright y Matadero cinco de Kurt Vonnegut.
“Históricamente, los bibliotecarios seleccionan sus colecciones basándose en su criterio profesional, no en decretos desde lo alto”, señaló Mendoza. “Existen pruebas de que la ley ha afectado a más libros no obscenos que los mencionados aquí.”
Tras la aprobación de la norma por parte de la legislatura estatal, dominada por los republicanos, muchos funcionarios escolares comenzaron a considerar cualquier contenido sexual como problemático, impulsados por nuevas capacitaciones estatales que instaban a “pecar de precavidos”. En 2024, Florida lideró el país con 4.500 retiradas de libros escolares.
Con el fallo, las escuelas deberán volver al estándar fijado por la Corte Suprema de EE. UU., que evalúa si una obra, en su conjunto, despierta un interés lascivo, si presenta contenido sexual de forma ofensiva y si carece de valor literario, artístico, político o científico.
La demanda fue presentada por algunas de las editoriales más grandes del país —Penguin Random House, Hachette Book Group, HarperCollins, Macmillan y Simon & Schuster— junto a autores como Angie Thomas (The Hate U Give), Jodi Picoult (My Sister’s Keeper), John Green (The Fault in Our Stars) y Julia Álvarez (How the García Girls Lost Their Accents). También participaron padres de estudiantes que intentaron acceder a libros retirados de las bibliotecas escolares