La celebración del Día de las madres y su origen
Feliz aquel hijo, que el domingo pueda decirle a su madre, te quiero mucho mamá
El domingo se celebra el Día de las Madres, fecha escogida en el calendario, para, según la tradición rendirle honor, a las madres.
La celebración en nuestros tiempos modernos en Estados Unidos, se remonta al 1870, cuando Julia Ward Howe, escribió una proclama dedicada a las madres, la iniciativa fue tomando auge y en muchos países también se celebra ese día.
Años más tarde el movimiento a favor de una fecha para reconocer el esfuerzo y amor de las madres fue cobrando fuerza hasta que en 1907 Ana Jervis, quiso honrar la memoria de su madre, quien había fallecido dos años antes, seleccionando un día, para recordar la memoria de su madre, después de esa fecha, se organizó una campaña, para designar un día en especial para rendirle homenaje a todas las madres del país.
Finalmente, el presidente Woodrow Wilson, en 1914, decretó que el segundo domingo de mayo, para conmemorar el Día de las Madres, a la iniciativa de Wilson, se le fueron sumando más países y hoy se celebra el Día de las Madres, aunque en distintas fechas, en más de 50 países.
Sin embargo, el origen de dedicar un día a las madres, se remonta a la antigua Grecia, donde se rendía honor a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades.
La costumbre pasó más tarde al imperio romano, con la celebración de Hilaria, con el advenimiento del cristianismo, la celebración se transformó en un homenaje a la madre de Jesús.
En Inglaterra, en el siglo XVII, también existió este tipo de celebración, llamado Domingo de las Madres.
Aunque el Día de las Madres, ha sufrido transformaciones a través de la historia, lo cierto es que no se necesita un día en específico o una fecha determinada para rendir homenaje a las madres.
Se es madre todo el año, y todos los días de nuestra vida, un hijo nunca deja de ser pequeño para las madres que siempre los ven con los ojos del corazón.
Pero en estos tiempos modernos de estrés, tecnología, y vivir a prisa, no son todos los hijos que se ocupan de llamar, visitar o compartir con su madre durante todo el año. Tal vez les sea necesario un día en especial.
El domingo, habrá madres en asilos de ancianos, que esperen con ansia la visita del hijo que no llega por estar muy ocupado, o las madres que con los brazos vacíos lloran la pérdida prematura de un hijo.
Feliz aquel hijo, que el domingo y durante todo el año, pueda decirle a su madre, te quiero mucho mamá.
Mirta Luaces
