EE. UU. persigue un tercer buque petrolero sancionado vinculado a Venezuela en el Caribe
La Guardia Costera intensifica el cerco contra la llamada “flota sombra” venezolana mientras la Administración Trump endurece su presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro

WASHINGTON.— La Guardia Costera de Estados Unidos fue tras un tercer buque petrolero sancionado en el mar Caribe, señalado como parte de la evasión ilegal de sanciones por parte de Venezuela, confirmó el domingo un funcionario estadounidense, la agencia de noticias Prensa Asociada (AP por sus siglas en inglés).
La operación se produce un día después de que la Administración del presidente Donald Trump anunciara la incautación de otro petrolero, la segunda en menos de dos semanas. Según el funcionario, que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizado a hacerlo públicamente, la embarcación navegaba bajo una bandera falsa y estaba sujeta a una orden judicial de decomiso.
El sábado, antes del amanecer, fuerzas estadounidenses incautaron el buque Centuries, con bandera de Panamá, al que la Casa Blanca describió como una “embarcación falsamente abanderada que operaba como parte de la flota sombra venezolana para traficar petróleo robado”. Imágenes difundidas en redes sociales por la fiscal general Pam Bondi mostraron el momento de la incautación frente a las costas de Venezuela.
El pasado 10 de diciembre, el presidente Trump informó que el ejército estadounidense había confiscado un petrolero “muy grande” en la zona. Bondi precisó que la operación fue liderada por la Guardia Costera, con la participación del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y de Investigaciones de Seguridad Nacional, y el apoyo del Departamento de Guerra.
Tras esa primera incautación, Trump prometió imponer un “bloqueo” a Venezuela, en medio de un aumento del tono contra el presidente Nicolás Maduro y advertencias de que sus días en el poder “están contados”. El mandatario citó además las pérdidas de inversiones estadounidenses en Venezuela y señaló disputas relacionadas con el sector petrolero y acusaciones de narcotráfico como parte de las motivaciones de la campaña de presión. De hecho, algunos petroleros sancionados ya han comenzado a desviarse de aguas venezolanas.
En paralelo, desde septiembre, el ejército de Estados Unidos ha lanzado ataques letales contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico operadas por grupos que la Administración Trump ha clasificado como Organizaciones Terroristas Designadas. El ataque más reciente se llevó a cabo el jueves pasado.
Hasta el momento, al menos 104 presuntos narco-terroristas han muerto en 28 ataques conocidos, según cifras oficiales, en una escalada que combina sanciones, incautaciones marítimas y operaciones militares en la región.


