EE. UU. detiene otro buque frente a Venezuela en medio de la escalada de presión contra Maduro
Es la segunda interdicción en menos de dos semanas, tras el anuncio de Donald Trump de un “bloqueo” a petroleros sancionados que entran y salen del país sudamericano

WASHINGTON — Fuerzas de Estados Unidos detuvieron este sábado una embarcación frente a la costa de Venezuela por segunda vez en menos de dos semanas, en el marco de la creciente presión del presidente Donald Trump sobre el mandatario venezolano Nicolás Maduro, confirmaron dos funcionarios estadounidenses con conocimiento del operativo.
La acción ocurre días después de que Trump anunciara un “bloqueo” a todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela y tras la incautación, el pasado 10 de diciembre, de un buque petrolero por fuerzas estadounidenses frente a las costas del país sudamericano. Los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato al no estar autorizados a discutir públicamente la operación militar en curso, describieron la maniobra como un “abordaje consentido”, en el que el buque se detuvo voluntariamente y permitió la inspección.
Hasta el momento, el Pentágono y la Casa Blanca no han respondido a solicitudes de comentarios sobre el incidente.
Tras la primera incautación de un petrolero este mes, Trump reiteró su promesa de imponer un bloqueo a Venezuela, endureciendo su retórica contra Maduro y advirtiendo que los días del líder venezolano en el poder “están contados”. Esta semana, el presidente estadounidense exigió que Venezuela devuelva activos que, según Washington, fueron confiscados a empresas petroleras estadounidenses años atrás, utilizando ese reclamo para justificar nuevamente la medida contra los buques sancionados.
“No vamos a dejar pasar a nadie que no deba pasar”, declaró Trump a periodistas. “Recuerden que nos quitaron todos nuestros derechos energéticos, nos quitaron nuestro petróleo. Lo tomaron ilegalmente y lo queremos de vuelta”.
Durante décadas, empresas petroleras estadounidenses dominaron la industria energética venezolana hasta que el sector fue nacionalizado, primero en la década de 1970 y luego en el siglo XXI bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. La compensación ofrecida fue considerada insuficiente y, en 2014, un panel de arbitraje internacional ordenó al gobierno venezolano pagar 1.600 millones de dólares a ExxonMobil.
El endurecimiento de las acciones contra los petroleros se produce en paralelo a una ofensiva más amplia ordenada por Trump al Departamento de Defensa contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental, que su administración acusa de traficar fentanilo y otras drogas ilícitas hacia Estados Unidos. Desde principios de septiembre se han registrado al menos 28 ataques conocidos, con un saldo de 104 personas fallecidas.
Estas operaciones han generado cuestionamientos por parte de legisladores estadounidenses y organizaciones de derechos humanos, que aseguran que la administración ha presentado pocas pruebas de que los objetivos fueran efectivamente narcotraficantes y advierten que los ataques mortales podrían constituir ejecuciones extrajudiciales. Tradicionalmente, la Guardia Costera —a veces con apoyo de la Marina— interceptaba estas embarcaciones, decomisaba cargamentos ilícitos y detenía a los tripulantes para su procesamiento judicial.
La Casa Blanca ha defendido los ataques al sostener que Estados Unidos se encuentra en un “conflicto armado” con carteles del narcotráfico para frenar el flujo de drogas. Maduro, por su parte, enfrenta cargos federales por narcoterrorismo en Estados Unidos y ha insistido en que el verdadero objetivo de las operaciones militares estadounidenses es forzarlo a dejar el poder.


