El vocabulario políticamente correcto de la izquierda
Los simpatizantes de la “extrema izquierda” no se les califican de comunistas, sino que ahora son liberales, o progresista
Aunque desde hace poco tiempo el estar “políticamente correcto”, ha venido cobrando popularidad, lo cierto es que la famosa frase, usada para más o menos decir, “donde digo, digo, quiero decir Diego”, tiene un significado que va más allá de lo que queremos expresar por medio de la semántica.
Desde que lo” políticamente correcto”, entró por la puerta ancha de la izquierda estadounidense, o “políticamente hablando correcto”, por la agenda comunista, allá por la década de los 70, palabras, frases, pensamientos, hasta ideas y también la historia, se han ido borrando de la palestra pública, por temor a no ser “políticamente correctos”.
Así, los simpatizantes de la “extrema izquierda” no se les califican de comunistas, sino que ahora son llamados liberales, o progresistas, a los políticos que malversan los fondos públicos se les dice corruptos, en vez de ladrones, a los que entran ilegalmente al país, se les llama indocumentados, en vez de inmigrantes ilegales, y a los que huyen de los sistemas totalitarios se les califica como inmigrantes, en vez de exiliados y todo para estar “políticamente correcto”.
El propósito es crear nuevas palabras de un carácter de género neutro, en vez de específico, y escoger cuidadosamente las palabras, con el propósito “de no ofender”, es por eso que surgió el término afroamericano, en vez de usar raza negra, a Fidel Castro se le llamaba líder o mandatario en vez de dictador, representante de ventas, en vez de vendedor, a todos los que hablamos español, somos hispanos, en vez de por la nacionalidad de procedencia, y para colmo a los hispanos los definen como los morenos, y así sucesivamente.
Según la hipótesis del filósofo Sapir-Whorf, el lenguaje no solo sirve para ser usado como herramienta descriptiva, sino también para crear realidades.
Las realidades se están creando con estar “políticamente correcto”, según los medios de prensa, lo que demuestra, que al modificar la semántica, se está infringiendo en una forma de propaganda para influenciar, el modo de pensar, las actitudes, ideas y valores de una sociedad.
Según el filósofo francés Jacques Ellul, la propaganda es tan penetrante, en el estilo de vida de los norteamericanos, que la mayoría de la población no se da cuenta de ello, y, sin embargo, la propaganda controla los valores de la sociedad estadounidense.
Después del auge del comunismo en el Continente Americano, resurge la frase corrección política, parte del vocabulario marxista-leninista, como un método de crítica, o de cambio de realidades de las ideas y valores existentes en la democracia.
Sin darnos cuenta, con solo una frase, estamos creando una atmosfera, que amenaza con poco a poco ir cercenando el derecho de expresión garantizado en la Constitución.
El hablar “políticamente correcto”, no implica que haya un organismo censor de las palabras o frases que se emplean a la hora de informar, hablar o discursar. Pero hay un vigilante imaginario que vigila todo lo que decimos en público, y están prestos a criticar o destruir, si al decir algo que no es “políticamente correcto”, o va contra los intereses creados de este nuevo orden.
Tal vez ese haya sido el caso de la campaña tan feroz, por parte de la prensa izquierdista contra Donald Trump. Pero como al exmandatario no le interesa estar políticamente correcto, a lo mejor estamos en presencia, de un nuevo fenómeno, y regresaremos a llamar las cosas por su nombre, y a los progresistas, liberales, o de la extrema izquierda, etc. se les volverá a llamar por su verdadero nombre.
Mirta Luaces